Cómo preparar una excursión con bebés y niños pequeños

Hay gente que es muy organizada y lleva listas y agendas para todo, yo la verdad no soy una de ellas, pero si hay algo a lo que he tenido que adaptarme a marchas forzadas desde que soy papá, es a planificar. Planificar para todo, desde para salir a comprar hasta para quedar a tomar un café. Todo debe contar con una estrategia sobre la que funcionar, y luego ya se encargará la pequeñita persona de hacerte improvisar con las cacas de última hora o el hoy no quiero dormir siesta.
En fin salir de excursión es otra de esas actividades que ya de por sí debiera llevar una planificación para un mayor disfrute, pero que en muchas ocasiones por resultar ocio preferimos dejar a la improvisación.
Planificar una excursión consiste básicamente en decidir a dónde vamos, por dónde, en que lugares podemos parar, coger agua, darnos la vuelta. Antes de salir debemos informarnos, (en internet, en la Oficina de Turismo etc.) y hacernos una idea básica de como va a ser esa ruta, para así decidir cosas como la hora de salida o el material necesario.
A mí me encanta esa sensación de aventura de ir a un lugar que no conozco sin apenas información y descubrirlo por mi mismo dejándome sorprender. Pero insisto, con un bebé o un niño, la aventura la pondrán ellos, y una falta de planificación puede dar al traste con una bonita excursión.

En cualquier caso lo primero es contar con los horarios y rutinas del peque lo que en gran medida será la clave del éxito de la actividad si sabemos adaptarlo correctamente.


Tener en cuenta la edad del bebé. No es lo mismo un bebé de pocos meses que dormirá durante gran parte de la excursión que un pequeño andarín... En las mochilas portabebés se lo pasan en grande en general pero tenemos que prever ratos cuando pueden salir y andar por su propio pie. Sitios seguros, senderos sin dificultad o una pradera. Alargando así el tiempo de la actividad que debemos tener en cuenta.

En función del horario podremos ajustar otros parámetros como son la elección de la ruta según su orientación y época del año. No es lo mismo si salimos por la mañana o por la tarde, ni si es invierno o verano. Tratar de intuir cuando nos dará el sol puede ser un dato determinante a la hora de decidirnos por un camino u otro. En días calurosos de verano lo más recomendable es salir pronto por la mañana. En mi trabajo en la montaña más de una vez vi familias enteras de excursión bajo un sol implacable a las 12 de mediodía lejos de cualquier lugar. Los niños quejándose, los padres preocupados por los efectos del sol en los niños...

No hay un objetivo final, sino que el objetivo es la ruta misma. Esto es algo que siempre deberíamos tener en cuenta, ya que en la naturaleza afortunadamente hay factores externos que no controlamos y que pueden cambiarlo todo. Esta premisa cuando somos los responsables de los peques debemos tenerla especialmente clara.

Mirar siempre las predicciones meteorológicas locales, para también adecuarnos y elegir el material adecuado. Esto no siempre implica ir o no ir, sino adaptar la actividad.

Unas nociones de cartografía siempre son necesarias ya que nos ayudarán a entender a nuestro mayor aliado al salir de excursión. El mapa. Además el mapa con los niños es un elemento de juego importante que nos permitirá educarlos de manera divertida.

Por último la selección del material. Es otra de las cosas en la que los niños y bebés pueden participar. ¿A qué peque no le gusta meter (y sacar) cosas de una mochila? Y si ya andan y tienen su propia mochilita para llevar una galleta y un minibotellín de agua, más divertido todavía. Ya hicimos una entrada específica de ello en lo que respecta al bebé y al material general, pero en esta ocasión me refiero al material específico según toda la información recabada anteriormente. Esta claro que no es lo mismo andar por una solana en verano en una zona concreta que por una vertiente norte en un día fresco de otoño. Además de la vestimenta, debemos adecuar el material para que nuestro bebé coma, duerma y juegue lo más cómodo posible, disfrutando de unas salidas en la que todos disfrutamos y aprendemos.


Al final el objetivo primordial debe ser conseguir ese disfrute en la naturaleza que en muchas ocasiones pasa simplemente por una buena planificación y elección de la ruta.
Preparar la excursión es una parte más y podemos divertirnos ya antes de salir haciendo de la actividad una aventura con la que descubrir los secretos de la naturaleza.

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