Excursiones con bebes - mochila infantil ¿ sí o no?


Ya en una  entrada anterior hablamos de que llevar en una excursión con bebés y la importancia de la mochila. En este caso es más bien una cuestión de educación y de ir cogiendo unos hábitos que son fundamentales a la hora de hacer salidas a la naturaleza.
La buena noticia es que a día de hoy existen modelos divertidos y adaptados a cada una de las edades que harán del "juego" de llevar mochila una oportunidad para aprender.
El factor fundamental es el peso, ya que deberá ser mínimo mientras la espalda de los niños no esté formada y será el pediatra quien mejor nos informará del momento y su peso máximo. La mochila será perfecta para llevar un cortavientos, la gorra  y unas gafas de sol, todo ello cuando no lo estén utilizando. También allí se recogerán los pequeños tesoros como hojas, palitos, caracoles...que nos servirán una vez en casa para seguir aprendiendo.
Cuando son pequeños y comienzan a caminar, les gusta imitarnos en todo, así que es un buen momento para adquirir este nuevo hábito que pasará a ser un divertido juego en nuestras pequeñas salidas.
¿Por qué llevar mochila?

Primero los adultos y especialmente los responsables de niños, tenemos que comprender que la naturaleza es un medio que tiene sus propias reglas y que afortunadamente no las controlamos. Los cambios meteorológicos bruscos, y el perderse o equivocarse de desvío es algo normal que a los practicantes más habituales seguro nos ha pasado. La experiencia es un punto, pero también ella provoca a veces el intentar transitar por nuevos rincones...
Que los más peques jueguen a encorrerse, tropiecen, choquen con un árbol o se rasguñen con una rama, entra dentro de las normalidades del día a día, pero esto se convierte en un problema cuando estamos lejos de un coche que nos acerque a un centro de salud. Los padres deben llevar (yo diría que obligatoriamente) un pequeño botiquín para solventar estos accidentes.
Perderse o equivocarse de desvío es el otro factor más común, que si contamos con un mapa, una brújula, algo de bebida, comida y abrigo extras en nuestra mochila no pasará de ser una anécdota a contar de como aquel día andamos mucho y se nos hizo tarde. De lo contrario puede convertirse en un rescate sino una tragedia. Si entendemos la importancia de la mochila en nuestras excursiones, podremos educar a nuestros hijos a hacer lo mismo.
¿Una mochila por grupo? Mejor que nada es, pero el problema surge cuando tenemos un accidente. ¿quien se queda con esa mochila? ¿Con el agua, el chubasquero y todo lo demás? El accidentado para esperar el rescate, o los que van a buscar ayuda que también pueden tener algún problema o tardarán en llegar a su destino.
Es verdad que esto a los peques les da igual porque nunca los dejaríamos solos, pero hay que entenderlo para comprender de su importancia, y si lo practican ya desde pequeños luego no les costará continuar haciéndolo. Se convierte en una costumbre, excursión equivale a llevar mochila.
Ver como la peque saca sus gafas de sol de la mochila al salir del bosque es sorprendente. En nuestro caso le encanta ponerse su mochila, y como lleva una correa de seguridad quita y pon, en las zonas más delicadas se la ponemos y puede seguir andando con seguridad.
También la utilizamos de viaje, así puede llevar un peluche y un cuaderno con pinturas, y cuando hay algún lugar con mucha gente añadimos la correa de seguridad y estamos más tranquilos.
Por si fuese poco la mochila le protege en las caídas de espaldas.
En resumen, llevar una mochila adaptada a cada edad fomenta el hábito y la independencia, es divertido, educativo y nos añade un elemento de seguridad.

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